Romanos
13:1- 8 Sométase
toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de
parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien
se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten,
acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para
infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la
autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero
si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de
Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario
estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de
la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores
de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad
a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al
que respeto, respeto; al que honra, honra.
No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que
ama al prójimo, ha cumplido la ley.
1
Timoteo 2:1 Exhorto
ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de
gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en
eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y
agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los
hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
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