Después tomará los dos machos
cabríos y los presentará delante de Dios
Mas el macho
cabrío sobre el
cual cayere la suerte por Azazel
Lo presentará vivo delante de Dios
Para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto.
Levítico 16:1- 26 Habló Dios a Moisés después de la muerte
de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron. Y Dios dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano,
que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del
propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en
la nube sobre el propiciatorio. Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para
expiación, y un carnero para holocausto. Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su
cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la
mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir
después de lavar su cuerpo con agua. Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos
para expiación, y un carnero para holocausto. Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y
hará la reconciliación por sí y por su casa. Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante
de Dios, a la puerta del tabernáculo de reunión. Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una
suerte por Dios, y otra suerte por Azazel. Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre
el cual cayere la suerte por Dios, y lo ofrecerá en expiación. Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel,
lo presentará
vivo delante de Dios para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a
Azazel al desierto. Y hará
traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la reconciliación
por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo. Después tomará un incensario lleno de brasas
de fuego del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume
aromático molido, y lo llevará detrás del velo. Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Dios,
y la nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio,
para que no muera. Tomará luego de la
sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado
oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella
sangre. Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del
pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre como
hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante
del propiciatorio. Así purificará el
santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel, de sus
rebeliones y de todos sus pecados; de la misma manera hará también al
tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio de sus impurezas. Ningún hombre estará en el tabernáculo de
reunión cuando él entre a hacer la expiación en el santuario, hasta que él
salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación
de Israel. Y saldrá al altar que está
delante de Dios, y lo expiará, y tomará de la sangre del becerro y de la sangre
del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor. Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo
siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de
Israel. Cuando hubiere acabado de expiar
el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar, hará traer el macho cabrío
vivo; y pondrá Aarón sus dos manos sobre
la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de
los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así
sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un
hombre destinado para esto. Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas
las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por
el desierto. Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión, y se quitará las
vestiduras de lino que había vestido para entrar en el santuario, y las pondrá
allí. Lavará luego su cuerpo con agua en
el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos saldrá, y hará su
holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la expiación por sí y por el
pueblo. Y quemará en el altar la grosura
del sacrificio por el pecado. El que hubiere llevado el macho cabrío a Azazel, lavará sus
vestidos, lavará también con agua su cuerpo, y después entrará en el
campamento. Y sacarán fuera
del campamentoe el becerro y el macho cabrío inmolados por el pecado, cuya
sangre fue llevada al santuario para hacer la expiación; y quemarán en el fuego
su piel, su carne y su estiércol. El que
los quemare lavará sus vestidos, lavará también su cuerpo con agua, y después
podrá entrar en el campamento. Y esto
tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez días del mes,
afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el
extranjero que mora entre vosotros.
Jesús ante Pilato
Lucas 23:1- 5 Levantándose entonces toda la muchedumbre
de ellos, llevaron a Jesús a Pilato. Y comenzaron a acusarle, diciendo: A éste
hemos hallado que pervierte a la nación, y que prohibe dar tributo a César,
diciendo que él mismo es el Cristo, un rey. Entonces Pilato le preguntó, diciendo: ¿Eres
tú el Rey de los judíos? Y respondiéndole él, dijo: Tú lo dices. Y Pilato dijo a los principales sacerdotes, y
a la gente: Ningún delito hallo en este hombre. Pero ellos porfiaban, diciendo: Alborota al
pueblo, enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea hasta aquí.
Jesús sentenciado a muerte
Lucas 23:13- 25 Entonces Pilato, convocando a los
principales sacerdotes, a los gobernantes, y al pueblo, les dijo: Me habéis presentado a éste como un
hombre que perturba al pueblo; pero habiéndole interrogado yo delante de
vosotros, no he hallado en este hombre delito alguno de aquellos de que le
acusáis. Y ni aun Herodes, porque os
remití a él; y he aquí, nada digno de muerte ha hecho este hombre. Le soltaré, pues, después de castigarle. Y tenía necesidad de soltarles uno en cada
fiesta. Mas toda la multitud dio voces a una, diciendo: ¡Fuera con éste, y
suéltanos a Barrabás! Este había sido
echado en la cárcel por sedición en la ciudad, y por un homicidio. Les habló otra vez Pilato, queriendo soltar a
Jesús; pero ellos volvieron a dar voces,
diciendo: ¡Crucifícale, crucifícale! Él
les dijo por tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho éste? Ningún delito digno de
muerte he hallado en él; le castigaré, pues, y le soltaré. Mas ellos instaban a grandes voces, pidiendo
que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los principales sacerdotes
prevalecieron. Entonces Pilato sentenció
que se hiciese lo que ellos pedían; y les soltó a aquel
que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, a quien habían
pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.
Crucifixión y
muerte de Jesús
Lucas 23:26- 28 Y
llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le
pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús. Y le
seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían lamentación
por él. Pero Jesús, vuelto hacia ellas,
les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras
mismas y por vuestros hijos.
Lucas 23:33- 35 Y cuando llegaron al lugar llamado de la
Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a
la izquierda. Y Jesús decía: Padre,
perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos,
echando suertes. Y el pueblo estaba
mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó;
sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios.
Lucas 23:38- 43 Había también sobre él un título escrito
con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS. Y uno de los malhechores que estaban colgados
le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo:
¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos,
porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas
en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De
cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
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Arresto de Jesús
Mateo 26:47 Mientras todavía
hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos,
de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo.
Jesús ante el concilio
Mateo 26:57- 59 Los que prendieron a Jesús le llevaron al sumo
sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos. Mas
Pedro le seguía de lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando, se
sentó con los alguaciles, para ver el fin. Y los principales sacerdotes y los ancianos y
todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la
muerte,
Mateo 26:62- 68 Y levantándose el sumo sacerdote, le
dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti? Mas Jesús callaba.
Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos
digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os
digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder
de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. Entonces el sumo sacerdote rasgó
sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de
testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia. ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron:
¡Es reo de muerte!l Entonces le
escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban, diciendo: Profetízanos, Cristo, quién es el
que te golpeó.
Jesús ante Pilato
Mateo 27:-1- 2 Venida la mañana, todos los principales
sacerdotes y los ancianos del pueblo entraron en consejo contra Jesús, para entregarle
a muerte. Y le llevaron atado, y le
entregaron a Poncio Pilato, el gobernador.
Jesús sentenciado a muerte
Mateo 27:15- 18 Ahora bien, en el día de la fiesta
acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen. Y tenían entonces un preso famoso llamado
Barrabás. Reunidos, pues, ellos, les
dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el
Cristo? Porque sabía que por envidia le
habían entregado.
Mateo 27:20-
26 Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la
multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto. Y respondiendo el gobernador, les dijo: ¿A
cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: A Barrabás. Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús,
llamado el Cristo? Todos le dijeron: ¡Sea crucificado! Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha
hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado! Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se
hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manosc delante del pueblo,
diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros. Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre
sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos. Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo
azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado.
Mateo 27:30 Y escupiéndole, tomaban la caña y le
golpeaban en la cabeza.
Mateo 27:50-
54 Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el veloj del templo se rasgó en
dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos
de santos que habían dormido, se levantaron;
y saliendo de los sepulcros,
después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a
muchos. El centurión, y los que estaban
con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido
hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de
Dios.
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Jesús sentenciado a muerte
Marcos 15:6- 15
Ahora bien, en el día de la fiesta les soltaba un preso, cualquiera que
pidiesen. Y había uno que se llamaba Barrabás, preso con sus compañeros de
motín que habían cometido homicidio en una revuelta. Y viniendo la multitud,
comenzó a pedir que hiciese como siempre les había hecho. Y Pilato les respondió diciendo: ¿Queréis que
os suelte al Rey de los judíos? Porque
conocía que por envidia le habían entregado los principales sacerdotes. Mas los principales sacerdotes incitaron a la
multitud para que les soltase más bien a Barrabás. Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué,
pues, queréis que haga del que llamáis Rey de los judíos? Y ellos volvieron a dar voces: ¡Crucifícale! Pilato
les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aun más: ¡Crucifícale! Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les
soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese
crucificado.
Marcos 15:19 Y le golpeaban en la cabeza con una
caña, y le escupían, y puestos de rodillas le hacían reverencias.
Marcos 15:37-
39 Mas Jesús, dando una gran voz, expiró. Entonces el veloh del templo se rasgó en dos,
de arriba abajo. Y el centurión que
estaba frente a él, viendo que después de clamar había expirado así, dijo:
Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.
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Jesús ante el sumo sacerdote
Juan 18:12- 14 Entonces la compañía de soldados, el tribuno
y los alguaciles de los judíos, prendieron a Jesús y le ataron, y le llevaron primeramente a Anás; porque era
suegro de Caifás, que era sumo sacerdote aquel año. Era Caifás el que había dado el consejo a los
judíos, de que convenía que un solo hombre muriese por el pueblo.b
Anás interroga a Jesús
Juan 18:19- 24
Y el sumo sacerdote preguntó a Jesús
acerca de sus discípulos y de su doctrina. Jesús le respondió: Yo públicamente he hablado al mundo; siempre he
enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y
nada he hablado en oculto. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que
han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho. Cuando Jesús hubo dicho esto, uno de los
alguaciles, que estaba allí, le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al
sumo sacerdote? Jesús le respondió: Si he hablado mal,
testifica en qué está el mal; y si bien, ¿por qué me golpeas? Anás entonces le envió atado a
Caifás, el sumo sacerdote.
%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%
Hebreos 10:1- 25 Porque la ley, teniendo la sombra de los
bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos
sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se
acercan. De otra manera cesarían de
ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya
más conciencia de pecado. Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de
los pecados; porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede
quitar los pecados. Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda
no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado
no te agradaron. Entonces dije: He aquí
que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está
escrito de mí. Diciendo primero:
Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni
te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios,
para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la
ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Y ciertamente todo sacerdote está día tras día
ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden
quitar los pecados; pero Cristo, habiendo
ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado
a la diestra de Dios, de ahí en adelante
esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; porque con una sola ofrenda hizo perfectos
para siempre a los santificados. Y nos
atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: Este es el pacto que haré con ellos Después de
aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus
mentes las escribiré, añade: Y nunca más
me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues donde hay remisión de éstos, no hay más
ofrenda por el pecado.
Hebreos 9:1- 28 Ahora bien, aun el primer pacto tenía
ordenanzas de culto y un santuario terrenal. Porque el tabernáculoa estaba
dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el
candelabro,b la mesa y los panes de la proposición. Tras el segundo velo estaba la parte del
tabernáculo llamada el Lugar Santísimo, el cual tenía un incensario de oroe y el arca
del pacto cubierta de oro por todas partes,f en la que estaba una urna de oro
que contenía el maná,g la vara de Aarón que reverdeció,h y las tablas del
pacto; y sobre ella los querubines de
gloria que cubrían el propiciatorio;j de las cuales cosas no se puede ahora
hablar en detalle. Y así dispuestas
estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes
continuamente para cumplir los oficios del culto; pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote
una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de
ignorancia del pueblo; dando el Espíritu
Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar
Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. Lo cual es símbolo para el tiempo presente,
según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto,
en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de
diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo
de reformar las cosas. Pero estando ya
presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y
más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de
becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar
Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Porque si la sangre de los toros y de los
machos cabríos,m y las cenizas de la becerran rociadas a los inmundos,
santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual
mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará
vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? Así que,
por eso es mediador de un nuevo pacto,1 para que interviniendo muerte para la
remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados
reciban la promesa de la herencia eterna. Porque donde hay testamento,2 es necesario que
intervenga muerte del testador. Porque el testamento con la muerte se confirma;
pues no es válido entre tanto que el testador vive. De donde ni aun el primer pacto fue instituido
sin sangre. Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a
todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con
agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el
pueblo, diciendo: Esta es la sangre del
pacto que Dios os ha mandado. Y además
de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del
ministerio. Y casi todo es purificado,
según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión. Fue, pues, necesario que las figuras de las
cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas,
con mejores sacrificios que estos. Porque no entró Cristo en el santuario hecho
de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora
por nosotros ante Dios; y no para
ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada
año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas
veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los
siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para
quitar de en medio el pecado. Y de la
manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después
de esto el juicio, así también Cristo
fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por
segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.
Hebreos 10:19-
24 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo
por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a
través del velo, esto es, de su carne, y
teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena
certidumbre de fe, purificados los corazonesf de mala conciencia, y lavados los
cuerpos con agua pura. Mantengamos
firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que
prometió. Y considerémonos unos a otros
para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos
tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel
día se acerca.
Se ofrecía un
Macho cabrio perfecto en el tarbernáculo para Jazazel.
En
la muerte de Cristo se ofreció un Macho cabrio defectuoso representado en
Barrabás porque la ofrenda al maligno debía ser como el mismo defectuosa.
Pero
esa fue la última ofrenda a Jazazel, Barrabás el macho cabrio que va al
desierto y luego de soltarlo Pilatos pretende purificarse, porque de manos del gentil
salió esta vez la ofrenda con el acuerdo del pueblo y de los sacerdotes.
O
sale de manos gentil para que los
gentiles y paganos pudieran ser redimidos y fue salida de la mano de los judios
para que la redención alcanzace a ellos.
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