Y Dios dijo:
¿Quién inducirá a Acab
Micaías
profetiza la derrota de Acab
1 Reyes 22:1- 40
Tres años pasaron sin guerra entre los sirios e Israel. Y aconteció al
tercer año, que Josafat rey de Judá descendió al rey de Israel. Y el rey de
Israel dijo a sus siervos: ¿No sabéis que Ramot de Galaad es nuestra, y
nosotros no hemos hecho nada para tomarla de mano del rey de Siria? Y dijo a Josafat: ¿Quieres venir conmigo a
pelear contra Ramot de Galaad? Y Josafat respondió al rey de Israel: Yo soy
como tú, y mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como tus caballos. Dijo luego Josafat al rey de Israel: Yo te
ruego que consultes hoy la palabra de Dios. Entonces el rey de Israel reunió a los
profetas, como cuatrocientos hombres, a los cuales dijo: ¿Iré a la guerra
contra Ramot de Galaad, o la dejaré? Y ellos dijeron: Sube, porque Dios la
entregará en mano del rey. Y dijo
Josafat: ¿Hay aún aquí algún profeta de Dios, por el cual consultemos? El rey de Israel respondió a Josafat: Aún hay
un varón por el cual podríamos consultar a Dios, Micaías
hijo de Imla; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza bien, sino
solamente mal. Y Josafat
dijo: No hable el rey así. Entonces el
rey de Israel llamó a un oficial, y le dijo: Trae pronto a Micaías hijo de
Imla. Y el rey de Israel y Josafat rey
de Judá estaban sentados cada uno en su silla, vestidos de sus ropas reales, en
la plaza junto a la entrada de la puerta de Samaria; y todos los profetas profetizaban delante
de ellos. Y Sedequías hijo de Quenaana se había hecho
unos cuernos de hierro, y dijo: Así ha dicho Dios: Con éstos acornearás a los
sirios hasta acabarlos. Y todos los
profetas profetizaban de la misma manera, diciendo: Sube a Ramot de Galaad, y
serás prosperado; porque Dios la entregará en mano del rey. Y el mensajero que había ido a llamar a
Micaías, le habló diciendo: He aquí que las palabras de los profetas a una voz
anuncian al rey cosas buenas; sea ahora tu palabra conforme a la palabra de
alguno de ellos, y anuncia también buen éxito. Y Micaías respondió: Vive el Señor, que lo que
Dios me hablare, eso diré. Vino, pues,
al rey, y el rey le dijo: Micaías,
¿iremos a pelear contra Ramot de Galaad, o la dejaremos? El le respondió: Sube,
y serás prosperado, y Dios la entregará en mano del rey. Y
el rey le dijo: ¿Hasta cuántas veces he de exigirte que no me digas sino la
verdad en el nombre de Dios? 1Re 22:17 Entonces él dijo: Yo vi a todo Israel
esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor;a y Jehová dijo:
Estos no tienen señor; vuélvase cada uno a su casa en paz. Y el rey de Israel dijo a Josafat: ¿No te lo
había yo dicho? Ninguna cosa buena profetizará él acerca de mí, sino solamente
el mal. Entonces él dijo: Oye, pues,
palabra de Dios: Yo vi a
Dios sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto a él, a
su derecha y a su izquierda.
Y Dios dijo: ¿Quién inducirá a Acab,
para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Y uno decía de una manera, y otro
decía de otra. Y salió un espíritu y se puso delante de
Dios, y dijo: Yo le induciré. Y Dios le dijo: ¿De qué manera? El dijo: Yo saldré, y seré espíritu de
mentira en boca de todos sus profetas. Y él dijo: Le inducirás, y aun lo
conseguirás; ve, pues, y hazlo así. Y ahora, he aquí Dios ha puesto espíritu de
mentira en la boca de todos tus profetas, y Jehová ha decretado el mal acerca
de ti. Entonces
se acercó Sedequías hijo de Quenaana y golpeó a Micaías en la mejilla,
diciendo: ¿Por dónde se fue de mí el Espíritu de Dios para hablarte a ti? Y Micaías respondió: He aquí tú lo verás
en aquel día, cuando te irás metiendo de aposento en aposento para esconderte. Entonces el rey de Israel dijo: Toma a
Micaías, y llévalo a Amón gobernador de la ciudad, y a Joás hijo del rey; y
dirás: Así ha dicho el rey: Echad a éste en la cárcel, y mantenedle con pan de angustia y
con agua de aflicción, hasta que yo vuelva en paz. Y dijo Micaías: Si llegas a volver en paz, Dios
no ha hablado por mí. En seguida dijo: Oíd, pueblos todos. Subió, pues, el rey de Israel con Josafat rey
de Judá a Ramot de Galaad. Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo me
disfrazaré, y entraré en la batalla; y tú ponte tus vestidos. Y el rey de Israel se disfrazó, y entró
en la batalla. Mas el rey de Siria había
mandado a sus treinta y dos capitanes de los carros, diciendo: No peleéis ni
con grande ni con chico, sino sólo contra el rey de Israel. Cuando los
capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Ciertamente éste es el rey
de Israel; y vinieron contra él para pelear con él; mas el rey Josafat gritó. Viendo entonces los capitanes de los carros
que no era el rey de Israel, se apartaron de él.
Y un hombre disparó su arco a la ventura
e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura, por lo que dijo
él a su cochero: Da la vuelta, y sácame del campo, pues estoy herido. Pero la batalla había arreciado aquel día, y
el rey estuvo en su carro delante de los sirios, y a la tarde murió; y la
sangre de la herida corría por el fondo del carro. Y a la puesta del sol salió un pregón por el
campamento, diciendo: ¡Cada uno a su ciudad, y cada cual a su tierra! Murió,
pues, el rey, y fue traído a Samaria; y sepultaron al rey en Samaria. Y lavaron el carro en el estanque de
Samaria; y los perros lamieron su sangre
(y también las rameras se lavaban allí), conforme a la palabra que Dios había hablado. El resto de los hechos de Acab, y todo lo que
hizo, y la casa de marfil que construyó, y todas las ciudades que edificó, ¿no
está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? Y durmió Acab con sus padres, y reinó en su lugar
Ocozías su hijo.
Pedro Alcázares
Venezuela Para Cristo
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