Levítico 2:13- 16 Y sazonarás con sal toda ofrenda que
presentes, y no harás que falte jamás de tu ofrenda la sal del pacto de tu
Dios; en toda ofrenda tuya ofrecerás sal. Si ofrecieres a Dios ofrenda de primicias,
tostarás al fuego las espigas verdes, y el grano desmenuzado ofrecerás como
ofrenda de tus primicias. Y pondrás
sobre ella aceite, y pondrás sobre ella incienso; es ofrenda. Y el sacerdote hará arder el memorial de él,
parte del grano desmenuzado y del aceite, con todo el incienso; es ofrenda
encendida para Dios.
Ezequiel 16:4 Y en cuanto a tu nacimiento, el día que
naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte,
ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas.
Marcos 9:49, 50 Porque todos serán salados con fuego, y
todo sacrificio será salado con sal. Buena es la sal; mas si la sal se hace insípida,
¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros mismos; y tened paz los unos con
los otros.
Colosenses 4:6 Sea vuestra palabra siempre con gracia,
sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.
2 Reyes 2:19- 22 Y los hombres de la ciudad dijeron a
Eliseo: He aquí, el lugar en donde está colocada esta ciudad es bueno, como mi
señor ve; mas las aguas son malas, y la tierra es estéril. Entonces él dijo: Traedme una vasija nueva, y
poned en ella sal. Y se la trajeron. Y
saliendo él a los manantiales de las aguas, echó dentro la sal, y dijo: Así ha
dicho Dios: Yo sané estas aguas, y no habrá más en ellas muerte ni enfermedad. Y fueron sanas las aguas hasta hoy, conforme a
la palabra que habló Eliseo.
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