Romanos 11:33- 36 !Oh profundidad de las riquezas de la
sabiduría y de la ciencia de Dios! !!Cuán insondables son sus juicios, e
inescrutables sus caminos! Porque ¿quién
entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le
fuese recompensado? Porque de él, y por
él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos.
Amén.
1
Corintios 1:19, 20 Pues está
escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios,
Y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba?
¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría
del mundo?
1
Corintios 2:1- 4 Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros
el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría.
Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste
crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor;
y ni mi palabra ni mi predicación
fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del
Espíritu y de poder, para que vuestra fe
no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
1
Corintios 2:6- 15 Sin
embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría,
no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos
sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó
antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de
este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado
al Señor de gloria. Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni
oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre. Son las que Dios ha preparado para los que le
aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo
escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque quién de los hombres sabe
las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco
nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del
mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos
ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las
que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre
natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son
locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente. En cambio el espiritual
juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
1
Corintios 2:16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le
instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
1 Corintios 3:18- 21 Nadie se
engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase
ignorante, para que llegue a ser sabio.
Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues
escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos. Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de
los sabios, que son vanos. Así que, ninguno se gloríe en los hombres;
porque todo es vuestro:
1 Corintios 8:2 Y si alguno
se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo.
2
Corintios 4:3, 4 Pero si
nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está
encubierto; en los cuales el dios de
este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les
resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen
de Dios.
2
Corintios 10:12, 13 Porque no nos atrevemos a contarnos ni a
compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí
mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos. Pero
nosotros no nos gloriaremos desmedidamente, sino conforme a la regla que Dios
nos ha dado por medida, para llegar también hasta vosotros.
2
Corintios 10:15- 18 No nos gloriamos desmedidamente en trabajos
ajenos, sino que esperamos que conforme crezca vuestra fe seremos muy
engrandecidos entre vosotros, conforme a nuestra regla; y que anunciaremos el evangelio en los
lugares más allá de vosotros, sin entrar en la obra de otro para gloriarnos en
lo que ya estaba preparado. Mas el que se
gloría, gloríese en el Señor; porque no
es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba.
Colosenses
2:2 para que sean consolados sus
corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno
entendimiento, a
fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros
de la sabiduría y del conocimiento.
Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas.
1
Timoteo 6:20 Oh Timoteo,
guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas
vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual
profesando algunos, se desviaron de la fe. La gracia sea contigo. Amén.
Santiago
1:5- 8 Y si alguno
de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada.
Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la
onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a
otra. No piense, pues, quien tal haga,
que recibirá cosa alguna del Señor.
Santiago 3:13- 18 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros?
Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis
celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra
la verdad; porque esta sabiduría no es
la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay
celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la
sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable,
benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni
hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la
paz.
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