Se
manifieste el hombre de pecado, el hijo
de perdición
2 Tesalonicenses 2:3, 4, 7-12 Nadie os engañe en ninguna manera;
porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de
pecado, el hijo de perdición, el cual se
opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto;b
tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
Porque ya está en acción el misterio de la
iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea
quitado de en medio. Y entonces se
manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y
destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de
Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se
pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso,
para que crean la mentira, a fin de que
sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron
en la injusticia.
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