Jeremías 8:5- 9 ¿Por qué es este pueblo de Jerusalén
rebelde con rebeldía perpetua? Abrazaron el engaño, y no han querido volverse.
Escuché y oí; no hablan rectamente, no hay hombre que se arrepienta de su mal,
diciendo: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió a su propia carrera, como caballo
que arremete con ímpetu a la batalla. Aun la cigüeña en el cielo conoce su
tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su
venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Dios. ¿Cómo decís: Nosotros somos
sabios, y la ley de Dios está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en
mentira la pluma mentirosa de los escribas. Los sabios se avergonzaron, se
espantaron y fueron consternados; he aquí que aborrecieron la palabra de Dios;
¿y qué sabiduría tienen?
Romanos 1:22, 23 Profesando ser sabios, se hicieron
necios, y cambiaron la gloria del Dios
incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de
cuadrúpedos y de reptiles.
Simiente
Gálatas 3:15- 18 Hermanos, hablo en términos humanos: Un
pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le
añade. Ahora bien, a Abraham fueron
hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si
hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente,h la cual es Cristo. Esto, pues, digo: El pacto previamente
ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años
después, no lo abroga, para invalidar la promesa. Porque si la herencia es por
la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la
promesa.
Syrus Scofield y Sus Pie de Páginas
Génesis 12:1- 3
Pero Dios había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de
la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te
bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que
te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la
tierra.
Génesis 17:19-
21 Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás
su nombre y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus
descendientes después de él. Y en cuanto
a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré, y le haré fructificar y
multiplicar mucho en gran manera; doce príncipes engendrará, y haré de él una
gran nación. Mas yo estableceré mi pacto con Isaac, el que Sara te dará a luz
por este tiempo el año que viene.
En
Isaac te será llamada descendencia
Génesis 21:9-
13 Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a
luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac. Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva
y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo. Este
dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo. Entonces dijo
Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en
todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada
descendencia. Y también del hijo de la
sierva haré una nación, porque es tu descendiente.
Génesis 22:16-
18 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Dios, que por cuanto has hecho
esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y
multiplicaréc tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que
está a la orilla del mar;d y tu descendencia poseerá las puertas de sus
enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.
Génesis 25:21-
26 Y oró Isaac a Dios por su mujer,
que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer. Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo:
Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová; y le respondió Dios: Dos
naciones hay en tu seno, Y dos pueblos
serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro
pueblo, Y el mayor servirá al menor. Cuando se cumplieron sus días para dar a
luz, he aquí había gemelos en su vientre. Y salió el primero rubio, y era todo velludo
como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú. Después salió su hermano, trabada su mano al
calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob.20 Y era Isaac de edad de
sesenta años cuando ella los dio a luz.
Bendición a Jacob
Malditos los que te maldijeren, Y
benditos los que te bendijeren
Génesis 27:26 - 29 Y le dijo Isaac su padre: Acércate
ahora, y bésame, hijo mío. Y Jacob se
acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo,
diciendo: Mira, el olor de mi hijo, Como el olor del campo que Dios ha
bendecido; Dios, pues, te dé del rocío
del cielo, Y de las grosuras de la tierra, Y abundancia de trigo y de mosto. Sírvante pueblos, Y naciones se inclinen a ti;
Sé señor de tus hermanos, Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre. Malditos
los que te maldijeren, Y benditos los que te bendijeren.
Bendición de Esaú
Génesis 27:38-
40 Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición,
padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró. Entonces Isaac su padre habló y le dijo: He
aquí, será tu habitación en grosuras de la tierra, Y del rocío de los cielos de
arriba; Y por tu espada vivirás, y a tu
hermano servirás; Y sucederá cuando te fortalezcas, Que descargarás su yugo de
tu cerviz.
Génesis 28:13, 14 Y
he aquí, Dios estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy el Señor, el Dios
de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la
daré a ti y a tu descendencia. Será tu
descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al
oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en
ti y en tu simiente.
Génesis 32:27, 28 Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre?
Y él respondió: Jacob. Y el varón le
dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres,
y has vencido.
Génesis 34:30 Entonces dijo Jacob a Simeón y a Leví:
Me habéis turbado con hacerme abominable a los moradores de esta tierra, el
cananeo y el ferezeo; y teniendo yo pocos hombres, se juntarán contra mí y me
atacarán, y seré destruido yo y mi casa.
Gálatas 3:13, 14 Cristo nos redimió de la maldición de la
ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es
colgado en un madero), para que en
Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por
la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.
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